viernes, 8 de junio de 2007

Esclavos cómodos

Hace un par de años escribí en un blog anterior algo así como qué era lo que motivaba a las personas en su peregrinar diario, y había propuesto un par de teorías. Una de ellas decía que todo lo que hacemos es por egoismo, otra que el fín último de nuestras acciones es evitar el aburrimiento, y alguien en los comentarios sugirió que todo lo que hacemos es para lograr alguna victoria sexual (ya se imaginarán quien fue).
Viendo en perspectiva lo comentado allá por el 2005 me vuelvo a preguntar por qué será que muchos nos afanamos en trabajar durante muchísimas horas y buscamos desesperadamente alcanzar ciertos niveles de ingresos o aspiramos a una vida "mejor" a la que nos toca en suerte.
Como no podía ser de otra manera, tengo otra explicación para sumar a las anteriores: la gente trabaja sin descanso para poder descansar sin trabajar. Aunque parece un juego de palabras (en realidad lo es) lo que quiero decir es que todos los que nos mantenemos ocupadísimos durante toda la semana y llegamos al viernes agotados lo hacemos no porque nos guste la tortura de los horarios, las corridas, los jefes, etc. Ni siquiera porque nos interese el dinero...la verdad que sí, por lo menos a mi me interesa que me paguen y cuanto más cobre mejor, pero no por lo que significa la plata en si misma, sino por lo que uno puede llegar a lograr con ella (fruto del trabajo, claro): la posibilidad de descansar, de estar cómodos, con menos preocupaciones.
Un ejemplo de ello son aquellos que se matan haciendo horas extras para luego tener días de franco, o sea, trabajan más hoy para descansar más mañana.
Otro: si hay trabajo seguro que hay comida, pero si hay más trabajo hay menos tiempo, pero más dinero, por lo que uno puede ir a la rotisería, lo cual es más cómodo (y caro) que cocinar. Ahora si uno no dispone de casi nada de tiempo y necesita hacer algo mientras otros se ocupan de la comida seguramente llamará al delivery, que es más caro aún que buscar en el negocio por cuenta propia. Algunos lo hacemos no por falta de tiempo, sino por ahorrar trabajo de tener que salir, para el ejemplo es indistinto, el punto es que la comodidad manda.
O sea, somos esclavos no del trabajo ni del dinero, sino de la comodidad. Somos unos bichos raros que se toman mucho trabajo para no tener que trabajar, al menos los que no nacimos en cuna de oro.

4 comentarios:

Beya dijo...

Hmmmmm. ¡Qué temita! En principio me parece que la superación es una cuestión de instinto. Siempre deseamos más de lo que tenemos y en general deseamos lo que tiene el otro.
Y a mí me gustaría ser cómoda. ¡Quiero alguien que me mantenga! jajaja!

Anónimo dijo...

Yo también, lástima que a Inés no le agrada la idea :S

Jimena [Jota] dijo...

mi filosofía es, según analizo ahora, hija de la comodidad. No concibo el sacrificio laboral, horario, secamente si es que a cambio no puedo dar/me pequeños placeres a mi y a mi flia. Humano básico: satisfacer las necesidades básicas y de ahí en más disfrutar (que es también otra necesidad a menudo insatisfecha en el común de los trabajadores a tiempo completo)

Beya dijo...

¡¡¡¡FELIZ DÍA DEL COMENTARISTA, GUTYYYY!!! El año que viene lo esperamos para el festejo, ¡eh!